¿Sabías que una simple captura de pantalla de tu sitio web puede ser suficiente para recibir una sanción? Las autoridades como la AEPD han intensificado las inspecciones, y tu web —sí, incluso si eres una pyme— puede ser sancionada si no cumple con el RGPD, la LOPDGDD y la LSSI.
Desde banners de cookies mal configurados hasta formularios que recogen datos sin consentimiento válido, los errores más comunes suelen pasar desapercibidos… hasta que llegan las consecuencias. Las sanciones ya no son un asunto reservado a grandes empresas: hoy afectan por igual a ecommerce, autónomos y negocios locales.
Errores comunes que generan sanciones
Muchos negocios creen que su web cumple con la normativa de protección de datos simplemente porque tienen un aviso de cookies o una política de privacidad publicada. Sin embargo, el cumplimiento real va mucho más allá de colocar textos legales genéricos. Las autoridades están prestando atención a los detalles técnicos y legales que muchas empresas pasan por alto, y que pueden dar lugar a sanciones automáticas.
Un pequeño fallo, como un checkbox pre-marcado o un banner que no permite rechazar cookies, ya constituye un incumplimiento. La buena noticia es que son errores corregibles, pero solo si se detectan a tiempo. A continuación, te mostramos los fallos más frecuentes.
Consentimiento no válido en cookies: banners que no permiten rechazar o que instalan cookies por defecto.
Formularios sin checkbox de consentimiento o con casillas pre-marcadas.
Textos legales obsoletos o copiados: aún hay sitios que citan la derogada Ley 15/1999.
Política de privacidad incompleta: falta de datos clave como NIF, responsable o derechos del usuario.
No respetar los derechos de los usuarios: especialmente el derecho a darse de baja de comunicaciones.
Brechas de seguridad evitables: como no tener HTTPS (SSL) activo.
Recolección excesiva de datos: pedir más información de la necesaria.
El ecommerce bajo la lupa
Las tiendas online están en el centro de atención de las entidades sancionadoras. La facilidad para recopilar datos, automatizar procesos de compra y comunicarse con los clientes puede llevar a errores legales que pasan desapercibidos hasta que ya es demasiado tarde. Desde la información de productos hasta las condiciones de devolución, cada elemento debe cumplir con la normativa vigente.
Muchos ecommerce son sancionados por detalles que podrían parecer menores: falta de transparencia en los precios, formularios sin información de protección de datos o condiciones de devolución que no respetan los plazos legales. La experiencia de usuario es importante, pero también lo es la legalidad de cada paso del proceso.
Si tienes una tienda online, presta aún más atención. Las entidades sancionadoras están revisando aspectos muy concretos del comercio electrónico:
- Falta de información sobre el precio por unidad (€/kg, €/litro…).
- Procesos de compra poco claros o confusos.
- Plazos de devolución fuera de los tiempos legales.
- Gastos ocultos no informados previamente.
- Ausencia del enlace obligatorio a la plataforma de resolución de conflictos online.
Ejemplos reales de sanciones
Para entender la gravedad del asunto, basta con revisar las sanciones ya impuestas por la Agencia Española de Protección de Datos y otras entidades. No se trata solo de cifras millonarias aplicadas a grandes corporaciones, sino de multas que afectan a pequeñas y medianas empresas por errores simples pero recurrentes.
Desde bancos y empresas energéticas hasta restaurantes y academias, las sanciones abarcan todos los sectores. Lo que estos casos tienen en común es la falta de revisión legal y técnica continua de sus sitios web. Cualquier web, por pequeña que sea, puede ser auditada en cualquier momento.
- CaixaBank: 5 millones de euros por consentimiento mal gestionado.
- Iberdrola: 3 millones por políticas de privacidad confusas y fallos de seguridad.
- Techpump: 90.000 € por instalar cookies sin opción de rechazo.
- Academia de idiomas: 8.000 € por enviar emails sin renovar consentimiento.
- Ecommerce local: 12.000 € por no informar sobre la finalidad del tratamiento de datos.
¿Qué puedes hacer para proteger tu web?
Evitar una sanción no es cuestión de suerte, sino de prevención y responsabilidad. Muchas de las multas impuestas podrían haberse evitado con una simple auditoría web, una revisión de formularios o una correcta configuración del banner de cookies. Lo importante es actuar antes de que llegue un requerimiento oficial.
Estas acciones no solo protegen tu web desde el punto de vista legal, sino que también proyectan una imagen de profesionalismo, transparencia y respeto hacia los usuarios. Es una inversión en tranquilidad que a menudo cuesta menos que una sanción leve.
Prevenir es más barato que corregir. Estas son las acciones clave que toda empresa debe tomar:
- Audita tu web periódicamente.
- Actualiza los textos legales: política de privacidad, aviso legal y política de cookies.
- Revisa los formularios: asegúrate de que recogen consentimiento claro y desmarcado por defecto.
- Implanta un sistema de cookies compatible con el RGPD (por ejemplo, Consent Mode v2).
- Activa HTTPS: la seguridad también es legalmente exigible.
- Solicita ayuda profesional: no dejes esta responsabilidad al azar.
Cumplir es una ventaja competitiva
Cumplir con la ley de protección de datos no es solo un requisito legal: es una poderosa herramienta de marketing y posicionamiento. Los usuarios valoran la transparencia y la seguridad. Google también. Una web que cumple transmite confianza, mejora su reputación y aumenta sus posibilidades de posicionarse bien en los buscadores.
En un entorno digital donde la competencia es feroz, la confianza es uno de los factores más determinantes para el éxito. Una web legalmente robusta no solo evita sanciones, sino que convierte visitas en clientes y fideliza con valores.
Una inversión mínima en cumplimiento puede suponer un retorno enorme en imagen, captación y tranquilidad.
Cumplir con la normativa no solo evita sanciones. También mejora tu SEO, transmite confianza y refuerza tu imagen de marca. Google valora positivamente los sitios web seguros, transparentes y bien estructurados.
Una web que cumple con la ley no solo está protegida legalmente: también es más visible, más profesional y más confiable ante los ojos del usuario… y de los motores de búsqueda.
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